Es el cuentacuentos un individuo curioso: habla y habla y habla y habla y no para de hablar, provocando la risa, el susto, la emoción, el nervio, la sonrisa y vete tú a saber qué más. Pero el cuentacuentos no está solo en su individual curiosidad. Porque todos y todas tenemos algo que contar, todas tenemos una historia que aletea en nuestro corazón y a todos al final se nos abre camino esa historia por la garganta hasta que, irremediablemente, a todos y todas se nos sale por boca esa historia.

Esto no son simples sesiones de narración oral, esto es un espacio donde podemos escuchar historias pero también podemos ser quienes cuenten la historia (con un orden y un desconcierto, por favor). Y quizá, quién sabe, un día nosotras y nosotros también seremos ese curioso individuo que es el cuentacuentos.

En la Biblioteca Pública Municipal María Nieves Pérez Acosta.