Tras el éxito de su versión cinematográfica, Juan Carlos Rubio readapta y dirige la comedia teatral, con Kiti Mánver, Cristóbal Suárez y Marta Velilla.
Primero fue una obra teatral, luego cine, y tras muchas versiones internacionales, ahora, vuelve a ser teatro. Les explicamos.
100 m2, es el texto original de Juan Carlos Rubio, en el que se basa esta obra. A lo largo de los años, ha tenido una larga lista de adaptaciones cinematográficas en distintos países, México, Italia, Estados Unidos, Argentina, Chile, y varios más. Y por supuesto se rodó la película también en España. La película con Kiti Mánver y Juana Acosta, tuvo nominaciones a Los Goya, a los Premios Forqué, Feroz, en el Festival de Málaga…
Más de una década después del estreno de la exitosa película, surge esta producción teatral con parte del mismo equipo: Juan Carlos Rubio, en la dirección; Bernabé Rico, productor; y Kiti Mánver en el mismo papel. Ahora se incorporan Marta Velilla y Cristóbal Suarez.
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En taquilla de lunes a viernes de 11 a 13 h.
A Luis siempre le gustó este barrio. Se nota que es una zona “bien”. Y él, para qué negarlo, es un chico “bien”. El piso que le ofrece la agente inmobiliario reúne todas las características que desea: bajo precio, amplitud, luz y unas hermosas vistas de la sierra. Tan solo presenta un pequeño “inconveniente”: la dueña del piso vivirá en él hasta el día de su (inminente) fallecimiento. Lola (de setenta y cinco años) ha sido operada del corazón en dos ocasiones y sin duda no aguantará mucho más. Sobre todo si sigue fumando una cajetilla diaria. Y bebiendo todo lo que se le pone por delante. Sí, Luis decide dar el paso, comprar el piso y esperar…
Pero ya sabemos que los acontecimientos no se desarrollan siempre tal y como uno los había planeado. En primer lugar, Lola sigue gozando mes tras mes de una envidiable salud. Y segundo, y más grave, la propia vida de Luis es la que empieza a desmoronarse, con nuevos y sorprendentes acontecimientos. Entre ambos, tan distintos y tan parecidos en su soledad, surgirá una amistad plagada de risas, ternura, emoción y complicidad.