Panza de Burro desgrana de una manera descarnada y graciosa, el mundo de dos amigas de 10 años, en un barrio del norte de Tenerife, en la ladera del volcán.
«Panza de burro», es la representación de la compañía Delirium Teatro, de la aclamada novela del mismo nombre de Andrea Abreu.
De entre todas las cosas que me ha podido dar esta novela, puede que la que más me sorprendió y me sigue sorprendiendo es el hecho de que alguien quiera llevarla al teatro. Cuando Delirium Teatro me dijo que quería ponerla en escena, mi primer sentimiento fue de susto. ¿Cómo diablos lo van a hacer? Se les fue el baifo. La segunda, de ilusión anegante, de absoluta entrega: conozco el trabajo de esta compañía, la sigo desde hace mucho tiempo. Conozco a las personas que la integran, admiro sus ideas, su total pacto con la literatura, el arte, la conversación. Respeto su trabajo y creo en su compromiso con la cuestión canaria. Por supuesto tengo miedo, todavía no he salido de la tienda, pero tengo alegría y convicción porque creo en las personas que creen en lo que hacen, y Delirium cree en Panza y yo creo en Delirium. Nunca pensé en una obra de teatro sobre este libro -tampoco pensé en una traducción al neerlandés o en la compra de los derechos para el cine-, pero si hubiese tenido que pensarla por mi propia cuenta, hubiese sido exactamente como está siendo: con esta gente, con esta sensación de imprudencia. Por experiencia sé, ya me lo enseñó esta novela, que de los disparates nacen grandes cosas. Y yo quiero ver este disparate, tengo que verlo.
Las dos niñas Shit e Isora, viven en familias desestructuradas bajo la tutela de un mundo femenino de abuelas.
Shit, cuyos padres ausentes trabajan en la construcción y en los hoteles del Sur, idolatra y sigue a ciegas a Isora que es huérfana y padece trastorno alimentario.
Ambas pasan el verano entre el aburrimiento, buscando alguien que las lleve a la playa y tratando de saciar y comprender el naciente deseo sexual que las sacude y arremete constantemente, tierra adentro, confinadas bajo la magua de un melancólico manto de nubes.